Trabajos verticales
¿Qué cara se os queda al ver esto? Sí, lo sabemos; un poema. Pero no es literatura, son Matemáticas… Concretamente ‘Potencias y Radicales’, uno de los temas del extenso y complejo temario de Cuarto Curso de la ESO. Todo un reto para los no iniciados y casi un ‘susto’ para los chavales de 15 años que deben enfrentarse a una cuestión que, cuanto menos, roza la ‘aspereza espartana’.
Resolver el ejercicio no es una opción; pero hacerlo de una manera alternativa, implementando la creatividad, la capacidad de acción cooperativa, el trabajo en grupo y la actitud positiva con un sistema de aprendizaje dinámico y abierto, sí que está en nuestra mano. Este es el objetivo de la iniciativa VNPS -Vertical Not-Permanent Surfaces-, importada de sistemas educativos de alto desempeño como el canadiense o el estadounidense y cuya finalidad es, casi literalmente, construir una mente colectiva para encontrar una solución conjunta a un problema complejo -«Build a thinking classroom in Math»-. Básicamente y llevado al popular dicho castellano “cuatro ojos -léase dos mentes, y mejor aún si son 20- ven y piensan mejor que una”.
Comprobadas las bondades de este sistema, la docente Susana Aranda, que ha trabajado en alguno de los países citados anteriormente, ha puesto en marcha este mecanismo de acción vertical con algunos de sus alumnos. Potencias y Radicales, Logaritmos, Funciones, Geometría o Sistemas de Ecuaciones pueden tener su punto amable cuando todos se involucran y asumen el problema como un reto colectivo.
Cambia el fondo y también la forma, pues la propia clase –cristales, puertas y ventanas- pasan a ser un inmenso blog donde se hacen cálculos, se avanza y se borra; podemos anotar y suprimir y emplear casi cualquier medio para llegar a la conclusión correcta. Trabaja la mente, pero también el cuerpo. Nos podemos mover, ir a consultar a los compañeros, pedir ayuda, dar al otro grupo alguna clave con la que no cuenta y, en definitiva, apoyarnos en el ‘aprendiendo a aprender’… El profesor, figura consultiva en un proceso que tutoriza, también se enriquece con la experiencia y observa la madurez y el grado de conocimiento de sus pupilos, tomando notas para adaptar sus lecciones al ritmo de los chicos y chicas.
Los logros, sin duda, ‘nos cuadran’:
– Al estar de pie, estamos más más activos y participativos.
– Poder escribir en ventanas o paredes nos da una visión ‘menos grave’ de la clase y nos aporta motivación.
– Es esencial que lo que escriba no sea permanente. Perdemos el miedo a equivocarnos y nos aventuramos a probar diferentes alternativas, lo que resulta vital en matemáticas.
-Trabajamos de manera más relajada porque podemos rectificar sin problema –nada es permanente-.
– Al estar escribiendo en vertical, los grupos pueden ver lo que los otros escriben. Eso les hace desarrollar el pensamiento crítico, analizando los diferentes caminos posibles y a su vez, teniendo la oportunidad de auto-corregirnos.
– La acción cooperativa nos permite enfrentarnos a niveles de dificultad mucho más altos que el trabajo individual y aislado en libreta.
IMPORTANTE… TODO VA CON BOLI INDELEBLE 🙂