EN PRIMERA LÍNEA
La enfermera malagueña Cristina Santoyo entiende, y mucho, de malos humos. Como sanitaria, vive y ha vivido de cerca las consecuencias, dramáticas casi siempre, del tabaquismo; una auténtica lacra que es la primera causa evitable de enfermedad. No es extraño, por tanto, que le tenga declarada la guerra a este enemigo silencioso que, lejos de estar en declive, continúa enganchando a nuevas generaciones de jóvenes con los populares formatos de vapor, cachimbas o shishas. Desde su puesto en la red de vigilancia de la salud del Centro de prevención de riesgos laborales de la Delegación de Empleo de la Junta de Andalucía advierte sobre los peligros de esta peligrosa adicción que está detrás de la mitad de las enfermedades cardiovasculares, de nada menos que 20 tipos de cánceres -incluido por supuesto el de pulmón- y tantas otras patologías.