Los embalses malagueños están en una situación crítica y si no llueve este mes la provincia tendrá la mitad de agua disponible que hace un año. Muchos municipios están restringiendo ya el consumo y los agricultores sufren especialmente una situación que se suma a problemas como los bajos precios. La sequía es una realidad muy grave de la que debemos ser conscientes todos, incluso los más pequeños. Pero, ¿se puede aprender en la escuela de una forma práctica la importancia de conceptos como la sostenibilidad o la economía circular?
El Colegio El Pinar está demostrando que es posible con un proyecto pionero de innovación educativa y emprendimiento a gran escala y con un perfil muy profesional. Más de 500 alumnos de Primaria y Secundaria están aprendiendo la importancia del ahorro del agua y de la agricultura sostenible con la colaboración de la empresa de I+D Secalflor que está realizando un ensayo científico en el huerto de este centro educativo.
MÁS QUE UN HUERTO
Son muchos ya los colegios que han introducido el huerto como un espacio formativo más, pero El Pinar ha querido ir más lejos y se ha convertido en el primer centro educativo de España que colabora en un proyecto piloto para comprobar la eficacia de unos paneles que permiten ahorrar hasta el 50% del agua que los cultivos necesitan.
En una parcela de unos 500 metros cuadrados frente al colegio se extienden desde principios de curso bancales con lechugas, zanahorias, cebollas o diferentes tipo de coles. Como explica el profesor Sergio Benito, responsable de este proyecto y de la asignatura de Emprendimiento, entre otras, son los alumnos de Primaria los que se han encargado de rellenar los bancales, ararlos, sembrar y todo lo necesario. Hasta ahora, el papel de los de Secundaria era gestionar el huerto como una empresa y ocuparse de la producción, la organización del personal, la parte de ventas, marketing y contabilidad.
Pero este curso han incorporado un ámbito científico realizando mediciones. Y es que para comprobar el nivel de eficacia de los paneles de Secalflor estos se han instalado en la mitad de los bancales. Es decir, que unas coles, por ejemplo, están creciendo sólo con el agua de riego y la escasa lluvia que está cayendo, mientras que otras cuentan con el suplemento que les aportan estos novedosos paneles.
«Son paneles de fibra cien por cien vegetal, un material totalmente orgánico, y funcionan como una esponja. Al introducirlos en el suelo absorben el agua y ayudan a mantener la humedad durante más tiempo y de forma muy estable», explica Patrick Peckham, jefe de Ventas de Secalflor. Además, los cultivos también reciben hasta un 30% más de nutrientes, disminuye la salinidad de las aguas y se logra mantener un pH estable.
«Medimos cuánta agua recibe el cultivo por semana y la longitud y el peso de la planta», explica el docente sobre este ensayo cuyos resultados no se tendrán hasta final de curso cuando se recoja la cosecha de verano.
Sin embargo, el proyecto no acabará en junio porque los paneles de Secalflor tienen una vida mínima de cinco años, con lo que en los próximos cursos podrán seguir observándose sus efectos. Por su parte, la empresa también está realizando sus propias mediciones en este particular ‘laboratorio escolar’.