‘Noice, sound and Silence’. Podría parecer el título de un tema de ‘Simon and Garfunkel’, pero no lo es. Sin embargo, todo queda en claves de pentagrama. En este curso tan atípico, que sigue estando marcado por la Pandemia y en el que tantos esfuerzos están llevando a cabo los profesionales de los centros educativos para que la necesaria e imprescindible actividad lectiva presencial pueda proseguir con seguridad, surgen iniciativas tan creativas y originales como la que ha planteado el equipo docente de Segundo Ciclo de Primaria capitaneada por la profesora titular del área de Música Ángela Ávila quien para introducir a sus alumnos en los conceptos curriculares de ‘Ruido, Sonido y Silencio’ -materia de estudio básica en el itinerario académico de los pupilos de Tercero y Cuarto de Primaria- ha diseñado un plan didáctico de trabajo de campo dirigido a más de 140 alumnos de los cursos de Tercero y Cuarto, que durante ocho semanas les ha convertido en verdaderos ‘técnicos de sonido’ que sonómetros en mano, han ido registrando la exceso de decibelios, así como su naturaleza en espacios clave del recinto educativo para estudiar la incidencia de las clases lectivas al aire libre y ventanas abiertas en relación al concepto de contaminación acústica como consecuencia de estas medidas ante COVID.
El trabajo se ha extendido a lo largo de ocho semanas y el resultado final ha sido la elaboración de un completo ‘mapa sonoro’ del centro -concepto acuñado por el célebre compositor Murray Schafer- en el que se ordenan con todo lujo de detalles las áreas de las instalaciones en función de la intensidad de los decibelios registradas en ellos. Uno de los objetivos básicos era la visualización de manera gráfica y bajo la idea de ‘vivenciar el aprendizaje’ la incidencia en términos acústicos del uso intensivo que este año se está dando a los espacios exteriores y al aire libre para reducir los riesgos de transmisión de aerosoles.
Para la correcta organización del trabajo, Ávila dividió a los estudiantes de cada uno de los grupos de Tercero y Cuarto de Primaria en grupos de cuatro/cinco alumnos con distintos roles: Team Manager; Tablet Manager -puesto que la medición del sonido se llevaba a cabo con una apps específica instalada en tablets- y el anotador de datos; que era el encargado de registrar los datos de las mediciones.
Pero el proyecto no terminaba ahí. Una vez recogidos y tabulados los datos en el marco de la investigación de campo, cada uno de los grupos debía elaborar un informe con la valoración de la situación y las posibles soluciones para mejorar las condiciones y amortiguar, en la medida de lo posible, el impacto de esta contaminación acústica coyuntural. Esta singular propuesta didáctica ha merecido la atención del medio de referencia en la prensa malagueña: