Agroaula de cultivos orgánicos
La Educación, como sistema de crecimiento y maduración del individuo a través del conocimiento, difícilmente soporta la idea de Innovación cuando ésta se entiende como la simple aplicación de herramientas tecnológicas a la enseñanza o la implementación de una serie de métodos pedagógicos amparados por el epígrafe de Avance Educacional.
En el colegio El Pinar, que destaca por un sistema educativo independiente basado en la acción participativa del estudiante en la construcción del conocimiento; los agentes, espacios y recursos que intervienen en el proceso pedagógico trascienden las fronteras del aula, del manual y de la propia interacción convencional docente-alumno. En este sentido, cualquier acción que tiene lugar en el contexto académico se convierte en una oportunidad formativa única e irrepetible.
Es una visión que coloca al estudiante en el centro del sistema de enseñanza y en la que la experimentación y los principios de ‘aprender haciendo’ resultan claves.
Esta es la premisa que mueve los proyectos de excelencia que desarrolla el centro y que los conecta de manera transversal con el avance en las competencias básicas del currículo oficial para cada grupo de edad.
En este sentido, nuestro ‘Huerto Ecológico’ se ha convertido en una verdadera aula al aire libre, un taller experimental donde dar rienda suelta a las inquietudes creativas de los alumnos de las diferentes etapas. Para ello, la plataforma agrícola donde tienen lugar las actividades hortícolas se ha dividido en distintas parcelas adaptadas a cada nivel educativo; con unos contenidos, actuaciones y objetivos diseñados en consonancia con las competencias y destrezas que deben dominar los alumnos de cada etapa.
Este laboratorio natural conecta directamente con el ecosistema que nos rodea y ayuda a entender e interpretar el medio de una manera diferente; más cercana y amena. Los niños toman conciencia de la importancia de una relación equilibrada con el entorno, así como del papel que juega el ser humano como principal actor de este juego de fuerzas.
Pero el huerto como espacio docente va más allá de los aprendizajes básicos sobre el cultivo de alimentos, o la acción interdisciplinar que implica a todos los departamentos didácticos –áreas de Ciencias Sociales, Geografía e Historia (paisaje, silvicultura, producción agrícola, etc.), Matemáticas (planos, parcelación, medidas, etc.), Lengua y Literatura (informes, fichas de observación, refranes, cuentos, etc.), Science (agua, nutrición, seres vivos, etc.)… -. Se trata de una iniciativa de Innovación Educativa que entronca con la Escuela de Emprendedores y busca familiarizar a los estudiantes con las herramientas básicas de gestión empresarial y administrativa.
En el mismo sentido, el proyecto es una oportunidad única para ahondar en el arraigo de valores como el trabajo en equipo, el respeto mutuo, compañerismo, corresponsabilidad, la importancia de la organización y la acción conjunta para la consecución de metas colectivas y el valor del esfuerzo sostenido en el tiempo.
